Si tenemos que tomar decisiones, menos puede ser más. Te lo demuestro

Si usas Netflix o cualquier plataforma del estilo, te habrá pasado que intentando elegir una película y, tras pasar un largo rato decidiendo qué ver, habrás salido de la aplicación sin escoger ninguna…

¿Te identificas con esta situación? Pues de eso va la entrada de hoy, de tomar decisiones y la ansiedad que puede generar.

El bloqueo en la toma de decisiones y algunos motivos que lo explican:

Tener tanta variedad donde poder elegir, es un lujo, eso no lo podemos negar.

Creemos que, eligiendo, estamos controlando nuestra propia vida. Elegir nos hace libres. Pero, a la vez, si la cantidad de opciones es demasiado amplia, nos lleva a situaciones de estrés y ansiedad más elevadas.

Una gran variedad de opciones nos lleva a una insatisfacción continua, podemos decir que nos complica la vida.

A más opciones, mayor peligro de arrepentirte de lo que has elegido. Tener más, no significa ser mejor o más feliz.

Y tú ahora mismo estarás pensando: Pero ¿cómo va a generarme ansiedad la libertad de poder elegir aquello que quiero hacer?

Pues sí, eso es lo que indican los estudios y las investigaciones al menos. Y la explicación, como verás a continuación, es bastante sencilla.

Como dice Barry Schwartz “Viviríamos mejor si bajáramos nuestras expectativas sobre el resultado de nuestras decisiones”.

¿Tomas malas decisiones?

El truco para estar satisfecho con tus decisiones, sin que te genere estrés, es elegir aquello que sea lo suficientemente bueno y cubra tus necesidades, no lo perfecto. Y no darle vueltas a la cabeza, una vez hecha la elección, sobre si otra opción habría sido mejor.

Para elegir bien, sin sentirnos insatisfechos, no examinamos todas las opciones disponibles. Porque en algunas ocasiones las opciones pueden ser infinitas. Examinas hasta que encuentras una que cumple todo aquello que buscas, y te quedas con ella.

Ojo, no estamos hablando de conformismo. Queremos una opción que cubra todo lo que buscamos, no la mejor del mercado que quizás abarque más de lo que nosotros necesitamos. Porque en ese caso, la búsqueda nunca acabará y estaremos en ese estado de insatisfacción continua.

Es curioso que, a corto plazo, por ejemplo en la última semana, nos arrepentimos más de aquellas cosas que hemos hecho, de los errores cometidos, más que de las cosas que no hemos llevado a cabo.

Pero, si miramos a largo plazo, por ejemplo preguntamos a las personas mayores de qué se arrepienten más: ¿de lo que han hecho o de lo que no? Ellas responderán que de lo que no hicieron.

Entonces… ¿menos es más en la toma de decisiones?

Hace un tiempo leí un experimento que realizó Barry Schwartz en un supermercado, el cual tituló “La desmotivación de la selección”.

Consistía en dos situaciones, en ambas había un expositor en el que ofrecía una degustación de diferentes mermeladas.

En la primera situación se ofrecían 24 alternativas con distintos sabores de mermelada. En la segunda situación se ofrecían 6 opciones diferentes de mermelada de distintos sabores.

¿En cuál de las dos situaciones consideráis que se lograron más ventas? ¿En la primera situación con un amplio surtido de sabores? o ¿En la segunda situación con menor variedad de sabores?

Pues sorprendentemente para muchos, la opción que menor catálogo de mermeladas distintas ofrecía, es decir la situación dos, logró con diferencia un mayor número de ventas.

Con 6 surtidos de mermelada se logró que el 30% de las personas que pasaban por el stand comprara. Por el contrario, con 24 variedades, se logró un mayor número de personas acercándose al stand, pero sólo el 3% de ellas compró alguna mermelada.

Lo que el autor sugiere es que, cuando había tanta variedad de opciones, el cliente tenía más dificultades para elegir una y, al final acababa por no llevarse ninguna.

Tantas posibilidades de elección hacía que se tuvieran en cuenta demasiadas variables a analizar, lo que extrapolado a otro tipo de elecciones más complejas puede generar una mayor ansiedad en la persona.

Además, a mayor surtido, mayor esfuerzo mental y, el esfuerzo, resta placer. En cambio, en la situación dos, al reducir tanto las alternativas de elección, escoger una era más fácil, lo que facilitaba la venta y, por tanto, se lograba el objetivo del stand.

Así que, sí, menos es más, y el por qué está muy relacionado en la ansiedad que puede generar la elección en la persona.

Sobre ansiedad puedes leer más aquí.

 

The less I needed, the better I felt” decía Charles Bukowski.

 

Inspirado en:

Schwartz. B. (2005). Por qué menos es más.